Poesía
"Los poetas han nacido con oídos en el alma, por eso pueden escuchar la voz de lo sublime."
Entre todos los géneros literarios, es la poesía la que se dedica a la belleza, y por ello, es la más artística entre todos ellos. La poesía es quizá la más elevada manifestación literaria, pues con ella, emociones, pensamientos y sentimientos se conjugan para expresar el amor, el desamor, la tristeza, la vida, y la muerte, entre algunas de las muchas temáticas que aborda.
Leonardo Da Vinci nos dejó escrito que “la pintura es poesía muda; la poesía, pintura ciega”, tal vez con esta frase quería expresar el carácter sublime y casi espiritual que tenían para él la pintura y la poesía. Y es que la poesía es quizá la más estética de las expresiones literarias, por ser la que alcanza mayores grados de belleza en su expresión.
Tal es el carácter sublime de las temáticas que abarca la poesía, que ha sido, desde sus inicios, el género literario de aquello que no puede ser dicho, explicado o descrito a través de las palabras; por ello la poesía recurre al símbolo, ya que el lenguaje cotidiano resulta insuficiente para expresar el sentimiento humano.
En otras palabras, el poeta es aquel raro artesano que le hace preguntas al lenguaje, le practica cortes, injertos, lo estruja, lo lija, lo destruye y reconstruye, lo reduce y lo expande, le da a las palabras sentidos que no tienen, para expresar aquello que las convenciones del idioma y de la realidad misma le impiden decir. En uno de mis aforismos, yo mismo afirmo: los poetas han nacido con oídos en el alma, por eso pueden escuchar la voz de lo sublime.
A continuación, presento una pequeña muestra de algunos poemas de mi cosecha.
LA DIRIGENTE GENTE
(Soneto con eco)
En este país la dirigente gente,
que trabaja, de una jornada, nada;
casta que, aunque haragana, gana,
son un grupo de delincuentes entes.
Los corruptos, aunque escarmienten, mienten,
gobiernan con mil artimañas, mañas;
la patria subastan, rematan, matan,
son corrompidos de dementes mentes.
El vil desfalco es su trabajo bajo,
al incauto pueblo engatusan, usan;
son de la ruina que aguantamos amos.
Gente que donde se involucra lucra,
con poca pena y con descaro caro
creen a la ley que les imputa faro.
KINTSUGI
Una cicatriz ―del cuerpo o del alma―
es la ruina de una herida;
es un tatuaje hecho por la adversidad,
es su firma manuscrita;
es el sello notarial del infortunio,
es un remiendo que nos hizo las desdicha;
es un parche hecho de lágrimas o carne
que prueba que sobrevivimos al desastre;
es una insignia, un distintivo, una medalla,
que demuestra que vencimos la desgracia.
Como en el kintsugi,
el arte japonés de reparar objetos rotos,
en el que se cubren las grietas con plata u oro,
el tiempo nos repara las heridas
y hace de ellas algo más fuerte, y más honroso.